Avilés conserva a día de hoy uno de los centros históricos más llamativos del norte español. No solo destaca la veteranía de sus edificaciones sino la autenticidad de sus calles, muchas de ellas soportaladas, a modo de claustros que dan forma al corazón de la ciudad, y que convierten esta villa en el mayor espacio porticado de toda Asturias.
El epicentro de Avilés está en la plaza del Ayuntamiento y desde allí parten sus calles más características como en una especie de eterno cruce de caminos en una ciudad de vocación cosmopolita desde siempre.
Nombres de calles como Galiana, Rivero, La Ferrería, Bances Candamo, La Cámara, La Fruta, San Bernardo o La Estación quedarán grabadas a fuego en tu memoria viajera, cuando recorras el Avilés histórico donde contemplarás lugares tan emblemáticos como el palacio de Valdecarzana, la iglesia románica de los Padres Franciscanos, la Iglesia Vieja de Sabugo y la de San Nicolás de Bari (ambas del siglo XIII), la plaza del Mercado, el Palacio de Ferrera, la Fuente de los Caños de San Francisco, el Parque de Ferrera o la plaza del Carbayedo, entre muchos otros…